Respetuosamente y teniendo en cuenta de la escasa presencia en mezquitas y lugares de adoración por la epidemia y del lema de cada casa es una mezquita; Para no privarnos de oraciones, súplicas y obras espirituales, ¿cómo podemos convertir nuestra casa en un lugar de adoración y de qué manera podemos seguir un programa de culto en grupo con la familia de tal forma que cada casa se convierta en una fuente de luz y espiritualidad?